CHARLA-COLOQUIO

 Como en otros proyectos, se planteó la realización de una charla-coloquio con el objetivo de recoger información y poner en valor las fuentes que hay en los montes de Cirat, así como otros elementos patrimoniales relacionados con el agua en Cirat.

Cirat cuenta en sus montes con numerosas fuentes, aunque actualmente algunas de ellas se encuentran secas. De la información con la que la asociación pudo contar  a través de diferentes mapas y documentos, se pudieron contabilizar las siguientes fuentes  pertenecientes al término municipal de Cirat: 

Fuente de la Salud, Fuente de Matrillas, Fuente del Lobo, Fuente del Pino, Fuente de la Tejería ( cerca del Tormo),  Fuente Nueva (encima de Peñalba), Fuente de la Umbría, Fuente de Costur, Fuente de Crespo, Fuente del Zuro, Planes ( depósito contra incendios), Fuente de las Morteras ( Pandiel), Fuente del Cerrito, Fuente de Cabanillas ( primera fuente que abastece al barranco de las Salinas), Fuente Micheta, Fuente de la Carrasca, Fuente de Vall de Sánchez (por la Noguerica), Fuente del Cinglo, Fuente Valero,  Fuente de Torres, Fuente de la Jarica, Fuente de Martín, Fuente del Cura, Fuente del Piojo, Fuente el Navarro y Fuente del Madroñal.     

Los mayores nos contaron que, antiguamente, todos los montes estaban trabajados y se cultivaban hortalizas, árboles frutales y otros vegetales. En cada zona con fuente, solía haber una balsa que suministraba agua de riego para las huertas allí ubicadas. También en algunas masías había pozos de agua, como el pozo de El Portillo, y que eran lugares donde se reunían las familias y amigos en días de recreo para hacer una paella o pasar el domingo.

Además de estas fuentes en los montes, en el término de Cirat hay algunas infraestructuras protegidas asociadas al uso del agua, que se encuentran catalogadas en el último plan de ordenación urbana. Estas incluyen diferentes balsas para regadíos, lavaderos, fuentes del casco urbano, abrevaderos, recorridos de acequias, barrancos, sifones de acequias, el conjunto hidráulico del Molino, azudes, entre otros.

En nuestro afán de observar el discurrir del agua por nuestro municipio, y con permiso del Río Mijares, el Barranco de Las Salinas es la joya natural de Cirat, un tesoro esculpido por el agua y las fuerzas tectónicas. En tiempos de incertidumbre climática, no hay que escatimar recursos en la protección, conservación y estudio de nuestro pequeño río virgen.

Así nos explicó José Tomás las singularidades del barranco y la importancia de su protección:

"El Barranco de las Salinas se trata de un curso fluvial secundario, un pequeño arroyo típico de la media montaña mediterránea, su cuenca hidrográfica se extiende prácticamente en su totalidad por el término municipal de Cirat, en la Comarca del Alto Mijares (Castellón). 

En su discurrir, configura un excepcional corredor natural de biodiversidad entre La Sierra de Espadán y el Valle del Mijares, donde vierte sus aguas al río.  No en vano, alberga la peculiaridad de situarse en una zona geográfica estratégica, donde se solapan dos espacios de la Red Europea Natura 2000, por un lado, la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA Serra dÉspadà) y también el Lugar de Interés Comunitario (LIC Curs Alt del Riu Millars).

La heterogeneidad de los sustratos que afloran en superficie (silíceos y calcáreos), el mantenimiento de un caudal permanente en su tramo superior durante todo el año, su riqueza botánica, faunística, paisajística y etnológica, requiere que se desarrollen las estrategias de gestión oportunas al objeto de, por un lado profundizar en su estudio científico ( inventarios de biodiversidad, especies endémicas, formaciones de paisaje singulares, etc) y al tiempo, favorecer que se convierta en icono del turismo sostenible del municipio de Cirat, siempre bajo criterios de conservación, protección y sustentabilidad"

En la charla-coloquio surgieron algunas informaciones referidas a los trabajos realizados por el ayuntamiento en 2019 para la limpieza de los montes, enfocados en encontrar y acondicionar el complejo de la Masía del Cura, destacando especialmente la presa. Sobre este extraordinario elemento arquitectónico nos habló Rafa Matoses, alcalde en la anterior legislatura, y José María Gómez Montolío, quien nos expuso sus propias investigaciones en torno a la Masía del Cura y su presa.

Rafa señaló que conoció esta presa hace unos 25 años, tras un incendio importante en la zona que acabó con toda la vegetación. La presa de la Masía del Cura quedó al descubierto; pasaron unos pocos años y cuando volvieron era imposible encontrarla debido a la cantidad de vegetación que había. Era como si se la hubiera tragado la tierra. Entonces al comienzo de su alcaldía, se decidió limpiarla y recuperarla, y al final se logró encontrarla. 

"La verdad es que es muy atrayente y debió haber una cantidad enorme de agua en aquel entonces. Es impresionante poder ver esa obra en medio de la montaña. Ahora, la cola de la presa no se puede ver porque está llena de pinos pero es un llano que es el Portillo, lindando con Montán. En cuanto a la casa, me llamaron la atención las troneras de defensa. Allí estaban aislados, por lo que por las noches debían cerrar las puertas y defenderse desde dichas troneras", comentó Rafa.

José María nos explicó el contexto histórico de la construcción y otras peculiaridades. Nos contó que en las últimas décadas del siglo XIX, España perdió sus territorios de ultramar como Cuba y Filipinas, lo que llevó a movimientos anticlericales que exigían la expulsión de los religiosos de estas colonias.

 La Iglesia, anticipándose a la llegada de estos clérigos, buscó lugares estratégicos para establecer monasterios y desiertos para la oración, meditación y trabajo y se fijó en el valle del Mijares.

En Cirat, en el siglo XIX,  eligió un sitio aislado y de difícil acceso, sin luz y sin carreteras, rodeado de buenas tierras para cultivar, un sitio elevado y agreste junto al barranco de las Salinas y, sobre todo, con abundante agua. Varias fuentes bordean los caminos. Todo constituía una situación ideal para la construcción de un monasterio como fue el monte donde está ubicada la Masía del Cura. 

Teniendo en cuenta de que el Barranco de las Salinas nace a pocos metros,  se ideó la construcción de una balsa para repartir y hacer llegar el agua a cada parte de aquellas huertas. 

La balsa, cuyos restos se pueden ver en el lugar, consiste en una presa de mampostería y argamasa que cierra el barranco de las Salinas. Mide 65 metros de largo, entre 15 y 20 metros de alto, y unos 10 metros de ancho. En su interior, se pueden encontrar dos sorprendentes túneles bifurcados

El invierno de 1897 marcó el principio del fin del proyecto. El maestro picapedrero y varios obreros murieron, dejando el monasterio sin terminar y nunca ocupado. Los ocho frailes destinados a Cirat fueron enviados a otro lugar y la construcción cayó en el olvido y la ruina. Ocho años después, el cura viejo falleció.

El cura viejo, cuyo nombre era Rafael María Richar, nació en Cocentaina en 1846 y falleció en Cirat el 18 de diciembre de 1908 a los 62 años. Fue un hombre emprendedor y de mal genio, con dos hijos supuestamente con su ama de llaves.  Falleció a las 8 de la tarde, siendo testigo don Hipólito Badenas Badenas  “El sacristán” (el tatarabuelo de José María) y fue enterrado en el lado este de la primera planta del cementerio nuevo de Cirat.

Los objetos del cura  fueron heredados por el sacristán, algunos de los cuales todavía los conserva José María. 

José María, también nos proporcionó un video realizado por el mismo, donde nos enseña el paraje con la presa de la Masía del Cura, y que enlazamos a continuación:


De la Masía del Cura, los asistentes comentaron la importancia de ponerla en valor, así como también la de abrir los caminos para acceder a las diferentes fuentes enclavadas en los montes del término. Este proyecto puede tener un valor especial para los amantes del senderismo y se intentará poner en marcha en el futuro, en colaboración con el centro excursionista (CEAM) y el ayuntamiento.







  

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